Muchas veces no sabemos por dónde empezar a leer a un nuevo autor o autora que acabamos de conocer, por ello hoy os traemos una selección de los mejores relatos de tres autores de terror de los siglos XIX y XX que son menos conocidos dentro de la literatura de terror.

  • NATHANIEL HAWTHORNE: Nathaniel Hawthorne es un escritor estadounidense del siglo XIX, nació en Salem (Massachusetts) en 1804 y murió en Plymouth en 1864. Su narrativa fantástica está fuertemente marcada por el puritanismo, puesto que uno de sus antepasados, John Hathorne, estuvo involucrado en la quema de brujas en Salem. El propio Nathaniel cuenta que John Hathorne fue el único que no se arrepintió de sus actos tras la quema de brujas, además una de las mujeres que quemó le maldijo. Este hecho marcó fuertemente a Nathaniel que decidió añadir una «w» a su apellido para desvincularse de sus antepasados. Para leer a Nathaniel Hawthorne os recomendamos la edición de Valdemar titulada Musgos de una vieja rectoría [relatos fantásticos y siniestros] de 2015. Los relatos que os recomendamos son: «La marca de nacimiento», «El holocausto de la Tierra», «La hija de Rappaccini» y «Una fiesta selecta».

  • ROBERT W. CHAMBERS: Robert W. Chambers fue un escritor y dibujante estadounidense nacido en Brooklyn en 1865. Perteneciente a la alta burguesía estadounidense, siempre consideró la escritura como un ejercicio secundario, sin embargo, Chambers fue un escritor prolífico no solo de literatura de terror, sino también de novelas románticas e históricas. Su única antología de narrativa gótica es «El rey de Amarillo. Relatos macabros y terroríficos» de la que destacan los relatos: «La máscara», «El Signo Amarillo», «La llave del dolor» y «El Reparador de Reputaciones».

  • W.H. HODGSON: Fue hijo de un sacerdote anglicano y el segundo de doce hermanos, nacido en Essex en 1877. A la edad de trece años entró en un internado del que huyó para enrolarse en el mar, hecho que marcaría de lleno su narrativa, que en su mayoría está ambientada en el mar. Pasó cuatro duros años en este, que no paró de fotografiar, y del que terminó huyendo. Fue uno de los primeros culturistas de la historia y a la edad de 22 años abrió el primer gimnasio con electricidad en Inglaterra. Murió en 1918 en la Primera Guerra Mundial por el estallido de un obús. Dentro de sus relatos marinos nos gustaría resaltar el poema «Los mares grises sueñan con mi muerte», y los relatos «Desde el mar sin mareas», «La cosa en las algas» y «Una voz en la noche».
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